Los entrevistados coinciden en que las condiciones económicas del país, con una moneda devaluada, una inflación que avanza a pasos agigantados y el control cambiario, favorecen la corrupción y las estafas
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“El país más violento del mundo”, es una de las formas que se han generalizado para referirse a Venezuela, cuya tasa de homicidios violentos fue de 90 por cada 100.000 habitantes en 2015 (27.875 personas) según el Observatorio Venezolano de la Violencia y cuya cifra de impunidad es del 98%, de acuerdo con Delsa Solórzano, vicepresidenta del partido Un Nuevo Tiempo.
El cuadro delictivo del país se completa con la tasa de secuestros más alta del continente, más de 90 robos de vehículos diariamente, abusos por parte de los cuerpos de seguridad, auge del mercado negro, entre otros elementos… Inmerso en ese contexto, el mercado Bitcoin nacional, que crece cada día más debido a la situación económica, no escapa a los casos criminales, de estafas y robos. Hay un agravante: ¿cómo denunciar cuando Bitcoin no tiene ninguna legislación que lo ampare?
En el caso del país, gracias al sistema de control cambiario, se facilita la realización de actos delictivos en dólares y bitcoins, los cuales se ven con mayor frecuencia en los mercados Bitcoin informales y en las páginas de préstamos “P2P”. En estos sitios se consiguen tanto venezolanos estafados como venezolanos estafadores.
A continuación se presentan dos testimonios de bitcoiners venezolanos que han sido estafados o que han podido conocer al “monstruo por dentro”:
Vendedor suspicaz
Amado Parra (nombre falso, pues pidió proteger su identidad) inició con Bitcoin en el año 2010, momento en que el dólar oficial estaba a un bajo costo pero, por el control de cambio, el dólar paralelo era vendido con sobreprecio. 5 años después, el bitcoiner es un pequeño minero y comerciante independiente, que vende en mercados informales e invierte en moneda extranjera para la compra-venta.
Con tantos años de experiencia, el curtido comerciante ha podido ver y atravesar por diferentes situaciones que ahora lo hacen ser suspicaz cuando va a realizar una transacción.
El minero recuerda una oportunidad en la cual fue víctima de un esquema Ponzi realizado por un grupo de estafadores venezolanos que gozaban de muy buena reputación en Facebook y Localbitcoin, “tenían un historial intachable hasta que lanzaron la estafa”, dice Parra. El comerciante relata que en esa ocasión perdió 0,7 BTC.
Aunque el monto por el cual se vio afectado no era una cifra de gran tamaño, comparativamente hablando, en relacion con otras transacciones, en ese momento los estafadores lograron hacerse con un botín de entre 30 y 70 bitcoins.
Parra recuerda que como este, ha habido 5 casos de estafas importantes en el país en las cuales se robaron montos similares y que fueron efectuadas mediante páginas de préstamos “P2P”.
Al respecto, el minero dice conocer a multitud de venezolanos que han sido víctimas de sistemas similares y aclara que las formas más comunes en la que estos delitos se realizan son mediante triangulaciones y el uso por parte de los estafadores de cuentas de terceros hackeadas. Recuerda:
“En una oportunidad iba a vender 0,4 BTC. Llegó una persona interesada a mi mensajería, la cual, para hacer la operación, me refirió a un tercero (un Facebook clon de un administrador de grupo, con mucha reputación en venta y compra). Quería que le enviara los bitcoins a modo de escrow (cuentas para pagos por adelantado). La mayoría de las estafas son así, y los que caen son los que desconocen del tema”.
Otros ejemplos de posibles estafas son los reversos de dinero, los cuales, según Parra, son efectuados usualmente con Banco de Venezuela. En estos casos, el comprador de los bitcoins hace una transferencia mediante ese banco, para luego cancelarla, negando haberla hecho y solicitando se le devuelva su dinero, quedándose así con los bitcoins y la moneda local.
Si bien el minero advierte que la mayoría de estas situaciones se generan por realizar operaciones con vendedores poco conocidos, aclara que una buena reputación no es garantía de una transacción exitosa.
Observador de delitos
Hace poco más de un año, Alberto Sarno (nombre falso) dio un primer paso hacia Bitcoin, explorando el terreno en faucets. Desde entonces, se ha vuelto un usuario asiduo de Localbitcoins. También desde entonces ha visto varios casos de estafas Bitcoin, principalmente producto de personas que hacen transacciones con comerciantes de poca reputación. “Pienso que es por falta de informacion o miedo a usar las plataformas que se ofrecen como Localbitcoins o Surbitcoin”, reflexiona Alberto.
El bitcoiner explica que la mayoría de las veces, los estafadores se procuran una buena fama, realizando operaciones con cifras pequeñas, de tal forma que logran ganar la confianza de la víctima, quien luego arriesga un monto mayor y entonces “viene el golpe porque el comprador muestra su realidad, que no es otra que un estafador.”
Según su óptica, la mayoría de las veces estos casos quedan impunes porque las personas estafadas, por desconfianza, miedo o vergüenza, no denuncian el hecho.
Recuerda que ha visto perfiles de compradores Bitcoin de altos montos, pero que en sus fotos se muestran como menores de edad, lo cual es sospechoso. “Uno se pregunta de dónde saca un menor un millón de bolívares para comprar tanto bitcoin”, dice el bitcoiner.
Otro dato que señala Alberto es que en esos casos, usualmente, las ofertas van acompañadas de un “referencias hay de sobra”, lo que hace pensar, una vez que ocurre la estafa, que se tratan de grupos organizados para engañar a la víctima.
En ese sentido, el bitcoiner cree que en Venezuela las redes sociales han funcionado como un medio para desarrollar hechos delictivos. Cree que estas se prestan para hacer estos fraudes producto del desconocimiento de la persona con quién se comercia, quien puede presentar una identidad falsa, aunque convincente, para obrar criminalmente sin recibir un castigo o tener un límite real.
¿Corrupción en Venezuela?
Ante la pregunta de si es posible hablar de corrupción Bitcoin en Venezuela, ambos entrevistados se muestran dudosos.
Ambos coinciden en que las condiciones económicas del país, con una moneda devaluada, una inflación que avanza a pasos agigantados y el control cambiario, favorecen la corrupción y las estafas.
También ambos sopesan la posibilidad de corrupción gubernamental mediante Bitcoin. “No sé si es el gobierno o no, pero en Surbitcoin publican ordenes Bitcoin sumamente altas, que a simple vista parecen lavado de dinero”, dice Amado Parra.
Aun así, los bitcoiners defienden la capacidad de la moneda digital de ser una vía de liberación económica y un método para reducir la presión en cuanto a dificultades comerciales.
Artículo original para DiarioBitcoin
Escrito por Robert Hazlitt
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