Examinamos la evolución vista en cuanto a la usabilidad de la moneda digital desde el primer Bitcoin Pizza Day, repasando su utilidad como medio de pago frente a las bondades que ofrece como resguardo de valor.
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Desde sus inicios, el proyecto Bitcoin fue concebido como una propuesta para la creación de dinero descentralizado, cuyo manejo recayese directamente sobre las manos de sus usuarios sin la necesidad de intermediación por parte de terceros de confianza que faciliten el proceso.
Sin embargo, el gran salto que puso en evidencia la usabilidad de la moneda digital tuvo lugar un día 22 de mayo hace 10 años, cuando Laszlo Hanyecz ofreció a la comunidad de usuarios el total de 10.000 BTC a quien le pudiese traer dos pizzas. A partir de ese momento, muchos entusiastas vieron viable la posibilidad de emplear Bitcoin para adquirir productos o servicios, ya que habían personas interesadas en aceptarlos como mecanismo de pago.
Por ende, a 10 años del primer Bitcoin Pizza Day y a la luz de la gran cantidad de cambios que hubo en el ecosistema de la moneda digital, evaluamos si hoy día Bitcoin todavía figura efectivamente como un mecanismo de pago por concepto de productos y servicios, o si por el contrario, se convirtió en un producto financiero que aplica mejor para otros fines.
El Bitcoin con el que se pagó por dos pizzas
Para el mes de mayo de 2010, Bitcoin todavía era un activo digital cuya reputación no era muy conocida, por lo que las conversaciones y temas de interés en torno a la criptomoneda tenían lugar principalmente en foros especializados y comunidades de la Dark Web.
Concretamente en este caso, Laszlo Hanyecz publicó un mensaje a través del foro BitcoinTalk el día 18 de mayo de ese año, en el cual especificaba que pagaría el equivalente a 10.000 BTC para comprar un par de pizzas grandes, que podrían ser adquiridas en algún comercio o preparadas por algún particular. Sin embargo, el entusiasta tuvo respuesta efectiva cuatro días después, cuando una persona aceptó el trato y le trajo dos pizzas de la franquicia Papas John’s.
La relevancia de este día para la comunidad fue muy notable, ya que este fue el primer presente en el que un usuario pudo utilizar efectivamete sus fondos Bitcoin para adquirir un producto en el mundo real, probando que había un interés sobre la moneda digital y que podía utilizarse como mecanismo de pago, aunque la intermediación y la falta de practicidad del proceso dejase mucho que desear.
Otro aspecto interesantes es que esta transacción creó una suerte de tasa de cambio entre Bitcoin y el dinero de curso legal, ya que los 10.000 BTC correspondieron en esta operación con un total de USD $41, transacción que se hizo efectiva de forma casi instantánea y cuya confirmación vino a lugar en los 10 minutos posteriores.
¿Cómo evolucionó la moneda digital tras el Bitcoin Pizza Day?
A partir de ese Bitcoin Pizza Day, y tras una serie importante de acontecimientos, Bitcoin comenzó a ganar cada vez más reputación comercial. Ya hablamos del surgimiento de un mercado para la criptomoneda, el cual ofrecía datos sobre su valor estimado en base a la información reportada por distintas plataformas de intercambio.
De acuerdo con información publicada por Investing.com, a partir de febrero de 2011 la moneda digital alcanzó intermitentemente la paridad con el dólar estadounidense, sobrepasando esta marca desde abril de ese mismo año. Ya para ese momento, los usuarios que tenían conocimiento de la moneda digital e invirtieron sus dólares para adquirir fondos BTC registraban ganancias importantes de cara a la información registrada por los índices de precios existentes para aquella época.
A partir de ese instante vinieron a lugar grandes hitos y caídas para el precio de Bitcoin. Pero el acontecimiento más impactante para la comunidad de la moneda digital tuvo lugar entre noviembre de 2013 y febrero de 2014, cuando la moneda supera la barrera de los USD $1.000 y comienza a captar con fuerza la atención de empresas e inversionistas interesados en aprovechar la revalorización vista en el activo en cuestión.
Problemas operativos cada vez más evidentes
A la par en la que el ecosistema de la moneda digital registraba un crecimiento importante con el paso del tiempo, la escala a la que llegaba el proyecto resultaba muy pesada para la infraestructura y el código existente. Esto derivó en problemas de congestión y aumento en los márgenes de comisiones, comprometiendo así la utilidad de la moneda digital como medio de pago por concepto de productos y servicios.
Desde entonces, muchos comenzaron a ver más utilidad en la moneda digital como un fondo de valor, especialmente por la gran evolución comercial que tuvo en espacios muy cortos de tiempo y por las perspectivas a futuro a razón de sus propiedades deflacionarias. Esto atrajo a gran cantidad personas interesadas en comprar Bitcoin y guardarlo con la esperanza de que su valor se multiplique, cosa que terminó ocurriendo ya para inicios de 2017, cuando la criptomoneda pasa nuevamente la barrera de los USD $1.000 y comienza la escalada hacia los precios más altos de su historia.
Sin embargo, entre 2014 y 2017, la comunidad fue epicentro de candentes debates sobre la pertinencia de ciertos cambios para resolver los problemas operativos presentes en la red Bitcoin, acordando la necesidad de aumentar el tamaño de los bloques pero cayendo en diferencias relacionadas con el límite recomendado y la apertura para la creación de otro tipo de soluciones.
“Dinero bueno vs dinero malo”
En tanto todo esto ocurría, la pronunciada evolución comercial vista para el precio de Bitcoin en 2017 generó fuertes expectativas de cara a su futuro, por lo que surgieron muchos análisis y proyecciones que hipotetizaban precios bastante elevados de cara a los próximos años. Así cobró mucha más fuerza el movimiento HODL (ahorrar los bitcoins), donde gran cantidad de entusiastas comenzaron a guardar sus BTC a la espera de ver grandes rendimientos a futuro, incluso comparando a la moneda digital como el equivalente al oro en el mundo virtual.
De esta manera, Bitcoin dejó de rivalizar con las monedas de curso legal más importantes para comenzar a abrirse espacio dentro del mundo de los mercados bursátiles, compitiendo de algún modo con rubros como el oro, el petróleo y las acciones de reputadas empresas que cotizaban en las principales bolsas de valores, ya quedando de lado su utilidad como mecanismo de pago por concepto de productos y servicios, abriendo oportunidades para quienes son afines a estos mercados y a sus dinámicas.
¿Por qué pasó esto?, para responder a esta duda resulta muy ilustrativa una frase empleada por el cofundador de Bitcoin Argentina, Rodolfo Andragnes. quien hizo una analogía entre Bitcoin y otras monedas empleando los términos “Dinero bueno vs dinero malo” durante un MeetUp a finales de 2017. Allí, aseguró que las personas preferían gastar el capital con menos valor y guardar para el futuro el activo que tuviese mejores perspectivas de crecimiento comercial, comparando por ejemplo el hecho de que en Venezuela los ciudadanos gastaran los bolívares en compras diarias y ahorraran en dólares.
El Bitcoin que tenemos ahora
Tras el Hard Fork de 2017 que derivó en el nacimiento de Bitcoin Cash, Bitcoin implementó cambios operativos que solventaron en alguna medida los problemas que estaban presentes en la red para ese momento. Esto también abrió espacio para la implementación de soluciones como Lightning Network, la cual permite pagos instantáneos a bajo costo a través de canales alternos.
Pero desde una perspectiva más funcional, más allá de las actualizaciones e implementaciones aplicables a Bitcoin, lo que realmente cambió con el paso de los años fue justamente la perspectiva con la que muchos usuarios perciben a la moneda digital, viendo una mayor utilidad como almacén de valor que como un medio para adquirir productos y/o servicios, precisamente amparada en la idea del “buen dinero vs el mal dinero”.
Entonces ¿Activo de valor o medio de pago?
Quizás la respuesta se vislumbre más clara a la luz de este Bitcoin Pizza Day. Si una persona quisiera comprar una pizza hoy con Bitcoin para conmemorar este acontecimiento, tendría que tomar en cuenta al menos un par de consideraciones importantes:
- Encontrar una pizzería cercana que admita Bitcoin como método de pago: En muchos países esto puede suponer un gran reto. Estadísticas muestran que muchos comerciantes que originalmente aceptaban BTC dejaron de hacerlo puesto que no les supuso un incremento en sus márgenes de ingresos / base de clientes.
- Realizar una transacción BTC por el valor equivalente en fiat: El principal contratiempo a la hora de hacer esto tiene que ver con los niveles de congestión en la red y los márgenes de comisión. Se estima que un usuario debería pagar una comisión de al menos USD $6 para que la operación se confirme en los próximos 30 minutos.
If you plan to eat Pizza for dinner and pay with BTC, make sure to place your order
– 1 hour ahead for $5 in fees.
– 30 minutes ahead for ~$6.You can also pay with any other coin and have the transaction confirmed in minutes or seconds for cents on the dollar. pic.twitter.com/3vvfSRe1Wn
— GUBA🦀☕🐧🫓 (@gubatron) May 22, 2020
Y por último, solo queda ampararse en que la volatilidad en el precio de la moneda digital no genere reacciones encontradas sobre la compra realizada. Ya que un escenario muy posible es que el activo se revalorice en las semanas o meses venideros, dejando la sensación de que se terminó pagando demasiado por una pizza… cosa que todavía piensan quienes consideran que Laszlo Hanyecz pagó 10.000 BTC por dos de estas.
Este autor, a título muy personal, preferiría pagar con cualquier otra moneda y guardar esos BTC para un futuro no muy lejano.
Artículo de Angel Di Matteo / DiarioBitcoin
Imagen collage de Pixabay
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