El proyecto consiste en elaborar la historia biológica de la hierba, al tiempo que facilita la ubicación de la misma y su certificación. Esto ayuda a los consumidores, quienes se aseguran de que reciben lo que quieren, y a los productores, quienes protegen su derecho intelectual sobre la hierba que cultivan.
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Cuando entra en un dispensario en cualquiera de los 25 estados en donde la marihuana medicinal y/o recreacional es legal, es probable que vea vitrinas llenas de una docena, o más, de cepas de hierba. Muchas de estas cepas, como la Pineapple Express o Blue Dream, sonarán familiares, ¿pero es el Granddaddy Purp que Ud. puede comprar en Colorado del mismo tipo que se lo vende un chico en California?
Para responder a esta pregunta, una compañía llamada Medicinal Genomics está creando un repositorio de los genomas de cannabis que se almacenan en el Blockchain de Bitcoin. La compañía espera que sus esfuerzos contribuyan a la estandarización de la nomenclatura de manera tal que los clientes siempre sepan lo que van a obtener, al mismo tiempo que se defienden los derechos de propiedad intelectual de los que producen nuevos tipos de hierbas.
Medicinal Genomics se parece mucho a cualquier otra compañía de pruebas de cannabis, en la medida en que se ejecutan pruebas sobre las plantas de marihuana para buscar contaminaciones microbianas y determinar su contenido de cannabis para ayudar a los cultivadores de hierbas que cumplen con las regulaciones estatales. Sin embargo, lo que la distingue es que sus laboratorios también están ofreciendo a los clientes la posibilidad de secuenciar el genoma de sus plantas de cannabis.
Existen cientos de variedades de cannabis y de agricultores que están trabajando en la obtención de nuevos tipos de cepas todo el tiempo. En muchos casos, lo que distingue a estas cepas puede ser difícil de identificar con una mirada. Para ver realmente la diferencia entre ellas, hay que buscar en el ADN de la planta.
Mucho antes del crecimiento del cannabis industrial, el nombre de la cepa en realidad no importaba. Si su distribuidor la cultivaba en el sótano de su madre y decía que sus papilas eran OG Kush, entonces eso era.
Pero ahora que la marihuana se está convirtiendo en una industria regulada (por lo menos a nivel de algunos estados), el nombre de cada cepa de hierbas está comenzando a importar: no sólo nos hemos convertido en una generación entusiasta de la hierba, sino que entendemos que asegurarnos de que una cepa tenga las cualidades consistentes también es crucial para su eficacia como medicamento.
Como resultado, los grandes productores están empezando a pensar en cómo proteger los derechos de propiedad intelectual por sus cepas, lo cual se convirtió en una posibilidad en agosto de 2015, cuando la primera patente para una cepa de hierbas fue presentada en la Oficina de Patentes de los Estados Unidos. En respuesta, Medicinal Genomics vio una oportunidad: se podrían mitigar las consecuencias de la batalla legal que se cierne sobre la propiedad de la cepa, permitiendo a los productores registrar sus hierbas en el Blockchain de Bitcoin.
Por 600 dólares, los productores pueden ahora comprar un kit de purificación de ADN para una de sus plantas y enviar el material genético a uno de los laboratorios asociados de Medicinal Genomics para la secuenciación. Una vez que esta se realiza, los científicos de Medicinal Genomics comparan el genoma de la cepa con una cepa de referencia y registran sus desviaciones genéticas para diferenciarla como una cepa única.
Una vez que se ha determinado el genotipo de la planta del cultivador, los científicos crean un archivo de documentación de las propiedades únicas de esa cepa y luego se ejecuta este archivo a través de un algoritmo de hash criptográfico, que codifica la información del archivo y produce una cadena aleatoria de números y letras conocido como hashsum, o huella dactilar, para el archivo.
Este hashsum, que representa el archivo que contiene el genotipo de la cepa, se anexa luego a una transacción Bitcoin (el protocolo de Bitcoin permite añadir pequeñas cantidades de información a una transacción). Lo que esto hace, efectivamente, es permitir que el propietario de la cepa tenga un registro, con fecha y hora inmutables, de acceso público, que reclama la propiedad de la cepa. Si otro cultivador fuera a reclamar los derechos de propiedad intelectual de la misma cepa, el productor original puede usar el Blockchain de Bitcoin como prueba de que él había estado cultivando esa cepa primero.
¿Por qué la de Bitcoin?
Aunque muchas instituciones, desde bancos hasta los gobiernos nacionales, están desarrollando sus propias Blockchains de propiedad para información sensible, para Medicinal Genomics tenía más sentido integrar el trabajo de la compañía en Bitcoin en lugar de tratar de crear una Blockchain exclusivamente para las cepas secuenciadas.
“El Blockchain Bitcoin ha estado presente desde el año 2009 y su seguridad está probada como funcional”, dijo Kevin McKernan, Director de Ciencia en Medicinal Genomics y miembro del equipo de Proyecto del Genoma Humano.
“Si usted está tratando con la propiedad intelectual de los clientes y está ubicándola en alguna cadena lateral apoyada por Ud., si su red se cae y no se las arregla muy bien, entonces le falla a todos sus clientes“.
Como era de esperar, Medicinal Genomics ha desatado una carrera entre los cultivadores para secuenciar sus cepas y registrarlas en Blockchain. Si bien esto no es lo mismo que obtener una patente de la Oficina de Patentes de los Estados Unidos, sí protege al cultivador en el caso de que alguien presente una patente para esa cepa en particular. En ese caso, el productor con su cepa registrada en Blockchain sería protegido de una demanda de IP-violación hecha por quien presentó la patente.
Medicinal Genomics cuenta actualmente con cerca de 1.000 variedades registradas en Blockchain, de las cuales aproximadamente 420 son accesibles al público a través del repositorio genómico de la compañía, KannaPedia. Esto además ayuda a los consumidores que quieran saber si su hierba es efectivamente la hierba que querían.
En última instancia se trata de un proyecto de historia biológica a gran escala, que busca representar la historia evolutiva del cannabis al tiempo que facilita la ubicación y el rápido desarrollo de nuevas cepas. A pesar del aumento sin precedentes de cannabis industrial en los últimos años, el futuro de la planta en una escala mundial está lejos de ser seguro. Al poner esta información en un libro de contabilidad descentralizado y público, McKernan y sus colegas se aseguran de que sus genomas no se perderán. Al respecto, dijo McKernan:
“Creo que es importante para el campo de cannabis. Si alguna vez queremos averiguar la Eva Mitocondrial del cannabis, no puede existir en una base de datos centralizada bajo el control de una empresa“.
Fuente: motherboard.vice
Traductor: Robert Hazlitt
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