De cara a la fuerte emigración y las condiciones económicas experimentadas en Venezuela, muchos venezolanos se han solidarizado con sus paisanos para ayudarles a solventar los problemas que se derivan de la crisis. La criptomoneda ha sido un salvavidas.
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Julio Contreras, el intermediario
A Julio Contreras le gusta la tecnología. Vive en Maracaibo, Venezuela, y es dueño de un ciber café en donde también vende helados. Además, también funge de mediador entre personas que viven en el extranjero y que quieren enviar divisas mediante Bitcoin a sus familiares y amigos en Venezuela.
Contreras empezó a hacer negocios con la moneda digital hace aproximadamente dos años, cuando una amiga que se mudó a Chile le envío bitcoins para ayudarlo económicamente. De ahí en adelante inició operaciones como intermediario Bitcoin.
El bitcoiner relata que ha hecho de tercero entre personas de España, Chile, Argentina y, sobre todo, Colombia, que ven en él una vía para enviar divisas a Venezuela. Comenta que semanalmente puede realizar entre 6 y 7 encargos de este tipo, gozando actualmente de una clientela que asciende a 40 personas.
El proceso que emprende con cada cliente es el siguiente: un cliente, por ejemplo, en Colombia, lo contacta para enviar divisas a un familiar en Venezuela. Entonces Contreras, a su vez, negocia con un vendedor de bitcoins en ese país, Colombia, y le hace llegar todos sus datos al cliente, quien es el que compra los bitcoins y que son depositados en la cartera de Contreras, quien los vende en bolívares y deposita en la cuenta del familiar del cliente. Y así con cada país.
“Así funciona la mayoría de las veces y las personas que me contactan no necesitan saber nada sobre Bitcoin para enviar o recibir, aunque yo siempre les cuento. En ocasiones el proceso empieza cuando la persona del extranjero me envía directamente los BTC y a partir de allí el proceso es igual”.
Del total de clientes con que opera, explica que el 80% son familiares o conocidos, mientras que el 20% restante son completos extraños. Los interesados, pueden contactarlo a través de sus redes o vía Facebook, mediante Local Bitcoins.
Por su labor, Contreras recibe una comisión que puede ser desde 1% hasta 10% dependiendo del tipo de operación. “Es una satisfacción poder ayudar. A veces yo trató de explicarles a las personas para que ellos mismos lo hagan”, comenta.
También recuerda que las personas con las que ha trabajado se muestran muy agradecidas por sus servicios, al punto de que algunas, voluntariamente, le han dado una compensación monetaria por su labor. Pero él aclara que se conforma con un “gracias”.
Sobre si teme incurrir en ilegalidad cambiaria, el bitcoiner responde:
“Bitcoin no es una moneda como tal, tampoco tiene relación con el dólar negro o con el mercado negro, así que no tengo temor. Bitcoin es una herramienta muy útil, para ahorrar, para comprar, y que debería ser promovida de manera oficial”.
Andrés Giraldo, el instructor
El venezolano Andrés Giraldo llegó a Bitcoin gracias a “El Rafa”, un amigo que le comentó sobre la criptomoneda y le platicó, “por encima”, sobre su funcionamiento y utilidad. Pero no fue sino hasta que Bitcoin se cotizó en 200 bolívares que Giraldo se volvió un usuario frecuente, participando en una plataforma de préstamos en bitcoins.
“Siempre vi a la moneda digital como un experimento tecnológico muy novedoso. Y progresivamente, a medida que lo utilicé, empecé a observar qué tan ventajoso era ahorrar en bitcoins y qué tanta utilidad tiene en la actualidad”, relata el bitcoiner, quien compara la moneda digital con el invento de Internet: “Es algo increíble y espectacular, una herramienta tecnológica que parece traída al mundo por seres alienígenas”.
Tras haberse familiarizado con el sistema, Giraldo se dio la tarea de diversificar el uso de Bitcoin entre sus allegados y de ayudar a aquellas personas que estaban interesadas en la criptomoneda pero que no contaban con la información necesaria para usarla.
Así, el bitcoiner venezolano empezó regalar parte de su capital Bitcoin a diferentes personas, amigos y conocidos, para que estos pudieran realizar transacciones y pudiesen aprender a operar con la moneda digital. Recuerda:
“Ayudé a que personas que no conocían nada de Bitcoin, sin invertir un bolívar de su bolsillo, recibieran gratis fracciones de bitcoin mediante reparticiones virtuales y monetariamente equivalentes a ‘perritos calientes, maltas, hamburguesas y frías’, de esa manera recibían, intercambiaban o los cambiaban y veían su funcionamiento y se educaban usando Bitcoin”.
No obstante, el bitcoiner paró esta forma de operar hace aproximadamente 5 meses.
Relata que al principio, tras recibir esa pequeña ayuda e instructivo práctico, las personas manifestaban su agradecimiento, pero “luego se fue tornando, tristemente, en ‘viveza criolla’ y buscaban que le enviara varias veces a una misma persona”.
Además, otro factor que llevó a que Andrés Giraldo abandonara su método de repartos virtuales gratuitos, fue que “la situación económica, que ya no me da para poder ayudar, y menos con lo último de Bitfinex, donde perdí hasta lo que no era mío”. Aún así, no se niega a retomar esta forma de ayuda a otros usuarios Bitcoin que se están iniciando, pero ya no mediante un reparto virtual indiscriminado que fomente “la viveza”.
Artículo original de Diario Bitcoin
Escrito por: Robert Hazlitt
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