El siguiente artículo de opinión fue escrito por John Biggs, quien reside en Nueva York. Después de pasar años como programador, decidió convertirse en un periodista a tiempo completo. Su trabajo ha aparecido en publicaciones tales como New York Times, Gizmodo y Men’s Health. Es editor de TechCrunch y CEO de la compañía Bitcoin Freemit.
La semana pasada, me encontraba en Belgrado viendo un panel de Blockchain. La estructura del panel fue típico: un joven experto en criptomonedas, un banquero mayor y un tipo cripto-anarquista vistiendo una camiseta sencilla. Es como ver una película llamada “Bitcoin es Bueno y Malo” una y otra vez. Sabía lo que estaba pasando pero no podía apartarme de allí.
El panel comenzó de manera normal. El chico experto en las criptomonedas dijo que le gustaba Blockchain específicamente, pero Bitcoin le generaba dudas, el hombre mayor dijo que Bitcoin era malo, pero el anarquista se quedó tranquilo. Permitió que el banquero hablara. El banquero dijo que Bitcoin no se podía rastrear. Que era una moda. El chico cripto lo dejó hablar. Bitcoin era como un bulbo de tulipán, dijo el hombre mayor. Nunca funcionaría, exclamó.
El anarquista se mantuvo en silencio. Luego, el hombre mayor terminó.
El anarquista explicó calmadamente cuál es el futuro que ocupan Bitcoin y las criptomonedas. Dio puntos convincentes que había practicado muchas veces. Mientras que el banquero se reía de sus propias bromas, el experto en criptomonedas habló sobre Blockchain y recibió respuesta de la audiencia.
El anarquista ganó la discusión a través de argumentos razonales.
Esta es la cara del discurso Bitcoin a finales de 2015. Es una discusión calmada en donde la gente más loca en la habitación es aquella que está en contra del Bitcoin. Hemos ganado.
Le pregunté al anarquista, Aaron Koening, qué pensaba cuando estaba en el escenario. Él me respondió: “He pasado por esto muchas veces”.
Está acostumbrado a ese tipo de preguntas. Sabía cómo manejarlo y también cómo ignorarlo. De hecho, los que no entienden las criptomonedas y aquellos que no entienden Bitcoin parecen ser los más desquiciados hoy en día. Es un giro fascinante.
Estamos viendo, prácticamente, el amanecer del Bitcoin.
Al igual que Red HaT convirtió a Linux en algo que el departamento de tecnología informática podía usar para reemplazar Microsoft, los usuarios del Bitcoin están convirtiendo la criptomoneda en algo que puede reemplazar a los bancos.
La acreditación de decenas de décadas de tradición bancaria ha convencido a las grandes instituciones que su camino es el correcto y que será correcto por siempre. Mientras tanto, hay monstruos tratando de encontrar un nuevo camino que recorrer, porque saben que esto no es cierto.
Hay una vieja cita que adoro, escrita por Wilhem Stekel, pero hecha famosa por Holden Caulfield en Catcher In The Rye: “Lo que demuestra que un hombre es inmaduro, es su deseo de morir por una noble causa, mientras lo que demuestra que un hombre es maduro, es su deseo de vivir humildemente por una”.
Los verdaderos creyentes del Bitcoin necesitamos llevar esto en el corazón. Ya hemos ganado.
Nos hemos movido más allá de la era de los lunáticos delirantes aullando en el desierto sobre el oro digital y el fin de los gobiernos.
Estamos en una posición de hacer un cambio real y significativo en el mundo, y para lograrlo, necesitamos escuchar más que hablar.
Fuente: CoinDesk
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