Imaginemos por un momento que Bitcoin se ha masificado a nivel mundial. En cada rincón del planeta, las personas poseen sus carteras electrónicas. Imaginemos un día normal de la semana. Despertarse en la mañana para ir a la oficina. Después de arreglarse, Pedro Pérez decide desayunar fuera de casa. Va a una panadería y pide un dulce y un café. Calculemos que le saldría unos 5 dólares. Pedro revisa su billetera y ve que no tiene efectivo. Saca su tarjeta de débito para pagar pero le dicen que mínimo tiene que consumir 10 dólares. Así que, inteligentemente, saca su teléfono móvil y pide pagar en Bitcoins. En menos de 10 segundos, Pedro Pérez ha pagado su desayuno en esta moneda digital como muchas de las personas que tiene cerca.
Pedro camina por la calle y se detiene en un kiosko electrónico. Quiere comprar el periódico del día así que transfiere al código QR el costo en bitcoin. Inmediatamente recibe su ejemplar, y por haber pagado con esta moneda digital recibe gratis una revista de tecnología.
Pedro baja a la estación de metro. No necesita boleto ni tarjeta del metro. Puede usar nuevamente su celular y pagar en Bitcoin. Todo está automatizado. No tiene que esperar 3 confirmaciones puesto que ahora las confirmaciones en el blockchain se hacen en menos de 1 segundo. Incluso Pedro Pérez tiene un minero en su casa; un minero que no gasta tanta electricidad como los actuales (en este nuevo mundo Bitcoin, no podemos extrañarnos que la competencia entre las empresas por ofrecer mineros optimice estas máquinas).
Pedro llega a su trabajo y empieza sus labores del día. En un momento lo llama su hija diciéndole que se le quedó el almuerzo en casa. En menos de un segundo, Pedro le ha mandado dinero a través de blockchain.
Luego del almorzar la comida que se llevó al trabajo (porque Pedro no va a estar comiendo siempre afuera, ojo), Pedro vuelve a sus labores del día. Sin embargo, se siente contento porque será día de paga. Antes de salir, su jefe le pide una llave pública para enviarle el pago. Sin pagar comisiones a bancos, sin necesidad de firmar cheques, sin tener que recibir dinero fiduciario. En menos de 1 minuto, Pedro ha recibido su paga y se va contento a casa.
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