El NYDFS envió una carta a las empresas cripto reguladas para que lleven a cabo planes de contingencia ante el coronavirus, tanto para la protección de los empleados como para garantizar operaciones.
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El Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (DFS, por sus siglas en inglés) emitió una guía para garantizar que las instituciones reguladas por el NYDFS cuenten con planes de preparación para abordar el riesgo operativo y financiero que plantea el brote de un nuevo coronavirus conocido como “COVID-19”.
Destaca el comunicado que el “COVID-19 ya ha tenido efectos económicos adversos a nivel nacional y mundial. Es fundamental que cada entidad regulada establezca planes para abordar cómo manejará los efectos del brote y evaluar las interrupciones y otros riesgos para sus servicios y operaciones”.
Añade que, con ese fin, DFS requiere que cada institución regulada envíe una respuesta que describa el plan de preparación de la institución para gestionar el riesgo de interrupción de sus servicios y operaciones. Las respuestas se deben proporcionar a la autoridad lo antes posible y en ningún caso después de treinta (30) días a partir de la fecha de la carta (que fue el 10 de marzo). Las respuestas deben ser enviadas a la dirección de correo electrónico designada: virtualcurrency.covid19@dfs.ny.gov.
Destaca que el plan de preparación de una institución debe ser lo suficientemente flexible para abordar de manera efectiva una gama de posibles efectos que podrían resultar de un brote de COVID-19, y reflejar el tamaño, la complejidad y las actividades de la institución.
NYDFS: Plan de contingencia por coronavirus
Indica el NYDFS que el plan de cada institución cripto, como mínimo, debe incluir lo siguiente:
1.-Medidas preventivas adaptadas al perfil y las operaciones específicas de la institución para mitigar el riesgo de interrupción operativa, que debe incluir la identificación del impacto en los clientes y contrapartes;
2.-Una estrategia documentada que aborde el impacto del brote en etapas, de modo que los esfuerzos de la entidad puedan escalarse adecuadamente, de manera consistente con los efectos de una etapa particular del brote;
3.-Evaluación de todas las instalaciones, sistemas, políticas y procedimientos necesarios para continuar las operaciones y servicios críticos si los miembros del personal no están disponibles por períodos más largos o trabajan fuera del sitio, incluida la efectividad y seguridad del acceso remoto;
4.-Una evaluación del riesgo potencial aumentado de ataques cibernéticos y fraude debido a un brote;
5.-Estrategias de protección de los empleados, fundamentales para mantener una fuerza laboral adecuada durante el brote, incluida la conciencia de los empleados y los pasos que los empleados pueden tomar para reducir la probabilidad de contraer COVID-19; [1]
6.-Evaluación de la preparación de proveedores y proveedores de servicios externos críticos;
7.-Desarrollo de un plan de comunicación para comunicarse de manera efectiva con los clientes, contrapartes y el público, y para entregar noticias e instrucciones importantes a los empleados, junto con el establecimiento de foros para preguntas que deben formularse y abordarse;
8.-Probar el plan para garantizar que sus políticas, procesos y procedimientos sean efectivos;
9.-La gobernanza y la supervisión del plan, incluida la identificación de los miembros críticos de un equipo de respuesta, para garantizar la revisión y las actualizaciones continuas del plan, incluido el seguimiento de la información relevante de las fuentes gubernamentales y el propio programa de monitoreo de la institución.
Cómo se afectan
Igualmente, la carta manifiesta que, desde una perspectiva financiera, las entidades reguladas pueden verse afectadas por COVID-19 de varias maneras. Por ejemplo, pueden estar expuestos, como resultado del impacto del virus en los consumidores, contrapartes y proveedores, a la disminución de los ingresos, las caídas del mercado de valores y los cambios en las tasas de interés, la cadena de suministro y las interrupciones del servicio, y la disminución del valor de los activos e inversiones. Por ello dice: “Es fundamental que sus programas de gestión de riesgos incluyan un plan para evaluar y monitorear el riesgo financiero que puede surgir de COVID-19. Dicho plan, como mínimo, debe incluir las siguientes evaluaciones”.
-Evaluación de activos e inversiones que pueden ser o han sido impactadas por COVID-19;
-Análisis del impacto general de COVID-19 en las ganancias, ganancias, capital y liquidez de sus instituciones;
-Evaluación de pasos razonables y prudentes para ayudar a aquellos afectados negativamente por COVID-19. Consulte la Guía del DFS para los bancos regulados por el estado de Nueva York, las cooperativas de crédito y los prestamistas autorizados con respecto al apoyo a las empresas afectadas por el nuevo coronavirus.
Riesgos posibles
NYDFS destaca, además, el riesgo para las empresas cripto de mayores casos de piratería informática, amenazas de ciberseguridad y eventos similares, “ya que los malos actores intentan aprovechar un brote de COVID-19 y la posible necesidad resultante de medidas de seguridad reforzadas, tales como activadores mejorados para el comercio fraudulento o el comportamiento de retirada. También destacaríamos la posibilidad de riesgo de custodia para la moneda virtual, como la posible necesidad de arreglos especiales para mover la moneda virtual de billeteras “frías” a “calientes” en momentos en que los empleados no estén todos”.
Versión de DiarioBitcoin
Imagen de Pexels
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