EthicHub, proyecto Blockchain que conecta inversores minoristas con más de 120 agricultores de café en México

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La plataforma de crowdlending basada en tecnología Blockchain, EthicHub, ha facilitado préstamos a más de 120 agricultores de café localizados en Chiapas, México. A través de un modelo de financiamiento colectivo entre pequeños inversores particulares, este proyecto trabaja para brindarles a los agricultores de países emergentes mejores condiciones económicas. 

Este año, la empresa incipiente, que cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, ha alcanzado importantes avances. Por segundo año consecutivo EthicHub obtuvo 100% de éxito en el repago de los proyectos financiados. También logró recientemente exportar con éxito 6,5 toneladas de café de primera calidad a China; y pronto esperan enviar otras 18 toneladas a Europa.

Además, han lanzado su primera tienda online de café tostado, mientras que el número de usuarios inversores crece con fuerza. Asimismo, esperan que este año al menos otros 200 agricultores se incluyan al proyecto. Así lo adelantó Gabriela Chang Valdovinos, la CSO y co-fundadora de EthicHub, en una entrevista exclusiva con DiarioBitcoin en la cual además detalló otros avances del proyecto, sus características de funcionamiento y los planes a futuro de la plataforma.

EthicHub: un puente entre agricultores e inversores

EthicHub es una plataforma de crowdlending que pone en contacto a inversores particulares de todo el mundo con pequeños agricultores no-bancarizados, generando un modelo de negocio de financiación colectiva que produce “riquezas para todas las partes“.

A través de la plataforma, usuarios particulares pueden invertir desde 20 euros por el proyecto agrícola de su preferencia, obteniendo ganancias del 15% en sus inversiones. De esta forma, pequeños lenders perciben rentabilidad a la vez que participan en proyectos de gran impacto social.

Por su parte, permite que pequeños agricultores de café en México tengan fácil acceso a préstamos con tasas justas de interés; ingreso económico que no sólo les permite continuar viviendo de la producción de café, sino generar ganancias para acceder a una mejor condición de vida.

“Nuestra misión es mejorar el nivel de vida de los pequeños agricultores de países emergentes a través de un incremento en su productividad, que va a repercutir en su nivel de ingreso y ahorros“, agregó al respecto Gabriela Chang.

El uso de tecnología Blockchain tiene un lugar importante en este sistema, pues brinda a los participantes total trazabilidad y transparencia en los procesos. EthicHub planea hacer de esta ventaja tecnológica un beneficio para los campesinos. Mediante un sistema de historial crediticio en la Blockchain, se podrá dar constancia de la credibilidad de los agricultores como buenos pagadores.

Esto a su vez permitirá que, con el tiempo, las tasas de interés para los préstamos de los agricultores puedan ser cada vez menores. Pero no sólo dentro de la plataforma. Este registro también sirve como respaldo para que los agricultores puedan solicitar préstamos ante bancos u otras instituciones financieras.

En este sentido, Chang destacó que “los agricultores han demostrado ser buenos pagadores, pero que carecen de la credibilidad financiera“. De hecho, todos los proyectos financiados por EthicHub en 2018 y 2019 han alcanzado un 0% de impagos. Es decir,  que todos han sido pagados de vuelta en su totalidad, cumpliendo en tiempo y forma, con las condiciones estipuladas.

La realidad de los pequeños agricultores en México

Se estima que en todo México hay cerca de 500.000 cafetaleros, de los cuales sólo 200 son grandes productores, resultando en una importante población de pequeños agricultores cuyas familias dependen directamente de la producción de café. Sin embargo, en los últimos años el trabajo en este rubro ha estado sufriendo dificultades que ponen en riesgo una larga tradición de producción de café en el país.

El cambio climático, una alarmante plaga de roya que afecta a las plantaciones de café y el difícil acceso a financiamiento, son apenas algunas de estas. Debido a que se trata principalmente de una población no-bancarizada, el acceso a créditos bancarios es limitado, explica Chang. Esto provoca que muchos terminen recurriendo a prestamistas informales, conocidos como los “coyotes“, cuyas tasas de interés pueden ser exuberantes: de hasta el 100% anual.

Además, en muchos casos, estos prestamistas ofrecen capital con la condición de que la cosecha de café se venda a ellos a precios muy inferiores a los del mercado internacional, una situación de doble pérdida para los agricultores. Esta realidad es injusta, enfatiza la cofundadora, no sólo pone en riesgo la producción local de café, sino que no les procura unas condiciones de vida óptima.

¿Cómo es posible que los productores del mejor café del mundo vivan en casitas con techos de lámina y suelos de tierra y no se puedan permitir tener los ahorros mínimos para cubrir las necesidades más básicas? Esto está muy mal y es lo EthicHub está resolviendo.

En este sentido, Chang añadió que uno de los problemas que les parecía más importante abordar era poder brindarle mejores condiciones económicas a los pequeños productores de café en la región.

EthicHub empezó su proyecto en 2018, con dos comunidades de 40 agricultores en Chiapas, el principal estado productor de café en México. Actualmente, la plataforma suma más de 120 familias y ha facilitado cerca de USD $150 mil en prestamos a agricultores locales, incluyendo las comunidades de Las Delicias, Chespal, Chanjalé, San Rafael, Guatimoc y La Boquilla.

Café mexicano de primera calidad

En México, Chiapas es el primer productor de café con denominación de origen. En esa región se cultiva un café de muy alta calidad, con prácticas sostenibles con el medio ambiente. El café de los proyectos de EthicHub se cultiva bajo sombra, manteniendo la planta a salvo del sol de manera natural y preservando la biodiversidad.

Para ello, todos los productores que participan de EthicHub firman un certificado de buenas prácticas económicas, sociales y medioambientales, acorde con modelos internacionales de certificación. En Chiapas, los agricultores que se han sumado al proyecto ya cumplían, previamente, un 70% de estas estipulaciones, y se han comprometido a incrementarlo anualmente.

Al respecto, Chang además señaló que incentivar la producción de café bajo esta práctica era una forma de preservar la tierra, pues muchos agricultores al no poder vivir del café recurren a otros cultivos menos sostenibles que terminan erosionando el terreno.

Por otro lado, al tratarse de préstamos grupales solidarios, las propias comunidades son las que se organizan para incorporar nuevos agricultores. Un nodo local -un productor local- que visita las comunidades es quien hace el puente entre los agricultores y la plataforma. Cada colectivo está conformado por 20 personas y tiene un representante. Asimismo, cada agricultor que opta por un préstamo debe contar con un grupo de 19 personas que lo avalen, es decir: con una suerte de respaldo de la comunidad.

Esto plantea un método de crecimiento orgánico, explica Chang. La forma de escalar es contactando cooperativas que ya estén funcionando y que quieran contribuir como fiadores. “Nosotros conseguimos el financiamiento, mientras que ellos mismos fungen de garantes del préstamo y supervisan el seguimiento de la inversión“. La plataforma EthicHub solo financia proyectos productivos, no de consumo.

Una taza de café para apoyar la producción local

Pero para generar un impacto real en las comunidades, EthicHub se percató de la necesidad de incorporar el proceso de comercialización, conectando a los pequeños agricultores con el mercado internacional. “Al principio estábamos enfocados en la plataforma de lending. Pero luego nos dimos cuenta que el impacto real estaba en ayudar a los agricultores a comercializar su café“.

La organización entre los pequeños productores ha permitido agrupar la cosecha facilitando su exportación en lotes más grandes. Además, Chang explica que el “alto puntaje superior a 82/100” en la calidad del café también favorece su comercialización.

Este año, EthicHub inició su primera etapa de comercialización. Hace unas semanas realizó una primera exportación de 6,5 toneladas de café a China a través de un club de exportadores aliados que se encarga de comercializarlo en ese país. En pocas semanas esperan arrancar con una próxima exportación hacia Europa con un contenedor de 18 toneladas de café de primera calidad.

Pero uno de los factores más importantes es que EthicHub también ofrece a los agricultores un margen de ganancia del 50% por la exportación del café. A esto se le suma la ganancia previa de 38 pesos mexicanos (USD $1,76) que perciben los agricultores por cada kilogramo de café pergamino.

Se suman más usuarios

Esta semana, la plataforma también lanzó su primera tienda online de café llamada EthicHub Shop, donde es posible adquirir granos tostados para el consumo particular. La presentación es en paquetes de 250g de café tostado, en granos o molido, con la opción de un descuento del 10% para los usuarios que realicen una compra mensual.

Además de abrir el mercado en España y México, esta iniciativa no solo brindará un ingreso extra a los productores, sino que ayudará a visibilizar el impacto social y medioambiental del proyecto.

Estamos muy contentos con esta parte del proyecto pues nos han empezado a contactar más personas. El 20% de los lenders, además, se anotó para la compra al por menor de café tostado.

Al respecto, la cofundadora además explicó que hay muy buena recepción por parte de los lenders o usuarios inversores de la plataforma. No solo la cantidad de usuarios -los «ethichubers»– ha aumentado, sino el monto de inversión también ha crecido, con lenders invirtiendo más de 5.000 euros mensualmente.

EthicHub seguirá creciendo

Por fortuna, la coyuntura actual no ha interferido en las actividades de cosecha ni en el funcionamiento de la plataforma, explicó la cofundadora. “Nuestra meta este año era escalar el proyecto, pero con la pandemia nos estamos enfocando en demostrar que somos rentables“.

Las metas para EthicHub no han cambiado. Entre los próximos pasos, esperan poder sumar más agricultores al proyecto, continuar abriendo mercados en Europa y añadir su primer inversor institucional a la plataforma.

La idea es seguir abriendo nuevas comunidades, lo cual se hace más sencillo porque tenemos buena reputación entre los agricultores. Conservadoramente queremos llegar a los 300-500 agricultores este año.

Asimismo, Chang indicó que están contemplando que cada agricultor pueda tener una tarjeta de débito que funja como una wallet. Actualmente, la plataforma opera a través de la stablecoin DAI por la facilidad de trasladar los fondos invertidos desde Europa a México. El problema es que sólo los representantes de cada comunidad de agricultores es quien se hace cargo del manejo del dinero.

La directora del proyecto destacó la necesidad de que cada familia pueda manejar sus ingresos de forma independiente. Por lo que consideró que los avances de digitalización de servicios financieros como los neobancos, podrán ser de utilidad al proyecto. En esta línea, añadió que EthicHub también estudia la creación de un fondo de compensación que utilice ETHIX, el token nativo de la plataforma.

En todo caso, EthicHub está aún lejos de alcanzar sus objetivos finales. Pero, sustentados en la tecnología Blockchain, mantienen la visión de contribuir a una agricultura ética, a la vez que ofrecen soluciones económicas a los pequeños caficultores de México:

Estas dificultades las viven los agricultores en muchos países del mundo, no sólo en México. La idea es que este proyecto se pueda replicar en otras comunidades productivas. Inicialmente queremos expandirnos hacia países de América Latina.

Artículo original de Hannah Estefanía Pérez / DiarioBitcoin

Imágenes cortesía de EthicHub

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