El ex minero Miguel Padilla relata a DiarioBitcoin su experiencia como miembro de un grupo de mineros cripto, antes de migrar de Venezuela.
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La crisis en Venezuela ha causado estragos en todos los sectores. Según lo vivido y expresado por sus habitantes, al ser un país donde no hay Estado de Derecho, hay un constante abuso por parte de las autoridades. Así también lo ve un minero de Bitcoin que intentó pasar desapercibidos por los cuerpos de seguridad, para ejercer una actividad que los mismos militares están haciendo en ese país.
DiarioBitcoin entrevistó a un minero venezolano que llegó a tener dos granjas activas para extraer Bitcoin durante un tiempo. Contó cómo fue toda la operación considerando las hostiles condiciones del entorno.
Miguel Padilla tiene 30 años de edad, es gerente deportivo y vive en Chile desde hace dos años aproximadamente. Mientras estuvo en Venezuela formó parte de una operación para minar bitcoins que lo incluía a él y a cinco personas más.
Uno pensaría que montar una granja para minar no sería gran trabajo, pero Padilla explica que la operación incluía a tres socios que hicieron la inversión en las máquinas y tres supervisores, incluido él, que se encargaban de monitorear y dar mantenimiento.
“Teníamos dos granjas. Una en Caracas con nueve maquinas ASIC S9 y dos Rack para minar Ethereum y Monero y otra en el estado Miranda con 16 ASIC S9 y otros dos rack a las afueras de la capital. No fue algo sencillo, fuimos creciendo de a poco y haciendo modificaciones en donde estábamos para acondicionarla lo mejor posible“, señaló.
Estas modificaciones incluyeron, por ejemplo, forrar las paredes en alfombras para mitigar el ruido de las máquinas, remodelaciones internas para separar el aire frío del aire caliente e incluso la instalación de cámaras y un perímetro para observar quien se acercaba en caso de una visita no deseada de las autoridades.
Padilla explica que desde el principio hubo problemas con funcionarios del Estado. Evidentemente, las máquinas de minería no se hacen en Venezuela y tenían que importarlas y eso implicó que pagaran sobornos a guardias de aduana para que permitieran el ingreso del equipo.
La legalidad no es un problema
En ese momento, inicios de 2018, ya la minería era “legal” pero la práctica de pagar una “vacuna” (soborno) en aduana no es algo nuevo y Miguel explica que el pretexto de los oficiales era que ellos sabían que eso era para minar Bitcoin y eso automáticamente era relacionado con dinero o un alto poder adquisitivo. Al final, todo se resuelve con plata.
Con el paso de los meses y modificaciones en los recintos donde funcionaban las granjas, Padilla y su equipo fueron a registrarse a la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), órgano regulador de la industria cripto en el país, para asegurarse de estar completamente en regla a la hora de un problema.
En ese momento seguían deteniendo mineros en el país pero Padilla relata que la agresión venía directamente de los cuerpos de seguridad, más que de un vacío legal. Incluso comentó que cuando estaba tramitando el registro ante la Sunacrip, se dio cuenta de que los miembros del organismo tenían una especie de campaña para que los cuerpos de seguridad no arremetieran contra mineros en regla. “Pero es inútil“, acotó, “al final ellos hacen lo que les da gana“.
Añadió:
“Nosotros armamos un protocolo por si en algún momento nos teníamos que enfrentar a la policía. Ese protocolo consistió en colocar cámaras en la puerta para ver en todo momento quien entraba y quien salía. En segundo lugar, no almacenábamos nada (bitcoin) en las granjas, todo lo mandábamos a otra wallet. Luego debíamos asegurarnos siempre de tener todos los papeles a la mano. Y por último teníamos el respaldo de un abogado penalista que era parte de la operación y que, en cualquier caso, era el más capacitado para negociar en caso de que pasara algo”.
El ex minero cuenta que no fue fácil, este abogado que formó parte de la operación los preparó para todo lo que podía pasar.
“Recuerdo que nos dijo que nos preparamos para lo peor, para recibir un golpe en el estómago, una sacada de aire, gritos o algún otro tipo de agresión. Ya en ese punto, los funcionarios aparecen solo para extorsionar así que lo primero que intentarán será intimidarte“.
Padilla en ningún momento ocultó que estaba asumiendo un riesgo. “Tenía las bolas en la garganta“, fue lo primero que comentó cuando empezamos a hablar. Pero la manera en la que hicieron las cosas le produjo suficiente seguridad como para intentarlo.
La estrategia de estos mineros siempre fue estar preparados y listos para cualquier eventualidad. Padilla, como muchos venezolanos, lamenta la situación en la que está el país no solamente a nivel económico sino a nivel institucional. Durante nuestra conversación varias veces mencionó que en Venezuela no había Estado de Derecho y que por ende, siempre se está a merced de los funcionarios.
Sin embargo, este no fue su caso. Durante casi dos años de operación Miguel dice que su equipo llegó a minar aproximadamente 3 bitcoins y con eso fue suficiente para recuperar la inversión de las 30 máquinas, el acondicionamiento que se le hizo a los recintos y obtener ganancias. En todo ese tiempo, nunca tuvo problemas con la policía, pero siempre lo estuvieron preparados.
Aún así, la suerte no es igual para todos, añade. El minero mencionó la historia de un colega allegado a él que recibió una vista del CICPC, policía científica venezolana, y tuvo que pagar una cuantiosa suma para que no terminar preso.
Internet y las fallas eléctricas
Otro desafío digno de nombrar en su operación minera es el de la electricidad y el Internet. Para hacernos una idea, solo entre marzo y abril del año pasado se registraron 19.000 fallas eléctricas en Venezuela, y antes de eso, el deteriorado estado de la industria energética venezolana dejó sin luz al país varios días en dos ocasiones en 2019 luego de que el sistema generador colapsara. Aquella famosa época de los apagones.
En cuanto a Internet, el panorama tampoco es alentador. De acuerdo con un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, para 2020 solo el 36,6% de los hogares tenían acceso a internet en Venezuela y a esto se le agrega el hecho de ser el Internet más lento de América Latina.
Miguel relató que en Caracas casi no tenían problemas con el Internet o la luz. Esto sucede porque, a pesar de que la crisis venezolana ha penetrado en todos los estados, Caracas goza de ciertos privilegios por ser la capital y la sede del gobierno central. Pero que no se entienda que Caracas “está bien”, realmente está muy mal, es solo que la situación en otros estados es mucho peor.
Para Miguel y su operación minera, el problema estaba en la granja que quedaba en las afueras de Caracas, en el estado Miranda. En esa zona los cortes de luz y la caída del Internet son mucho más frecuentes y ahí tenían que tener un plan de contingencia aunque tampoco habían muchas opciones.
“Cuando se iba el internet utilizábamos cuatro dispositivos BAM (servicio de internet móvil) a los cuales les recargábamos saldo mientras el Internet volvía. Ahora, cuando se iba la luz, no había nada que hacer. Se paraba todo irremediablemente y cuando volvía teníamos que reiniciar toda la operación. Si podíamos hacerlo de manera remota, era perfecto, pero sino teníamos que trasladarnos a cada locación para hacerlo manualmente”.
Padilla formó parte de esta operación varios meses hasta que migró del país a finales de 2018 buscando mejores oportunidades. Agregó que las granjas estuvieron activas hasta inicios de 2020 y aclaró que después de irse sus compañeros tampoco tuvieron problemas con la policía.
Panorama actual de la minería en Venezuela
La hostilidad del entorno que describe Padilla no ha cambiado mucho. DiarioBitcoin ha informado en varias ocasiones de operaciones mineras desmanteladas por las autoridades en Venezuela incluso en los últimos meses del año pasado.
Lo que ha cambiado ahora es que los mineros deben conectarse todos a un pool del gobierno para seguir minando o de lo contrario deben atenerse a sanciones ya que en este punto estarían yendo directamente contra la regla. A principios de este mes DiarioBitcoin reseñó el caso de un hombre en el estado Carabobo que fue detenido por minar sin la debida documentación.
Es necesario destacar también que DiarioBitcoin ha estado intentando conversar con mineros en Venezuela desde hace unos dos años y ninguno se sentía seguro de hablar por temor. El caso de Miguel Padilla fue una excepción que se dio principalmente porque vive en el exterior y sus operaciones como minero ya quedaron en el pasado.
Padilla mencionó que justo después de salir de la operación borró todos los registros de su computadora y cualquier evidencia que lo ligara a la granja. Tampoco se sintió seguro mientras estuvo en Venezuela.
Lecturas recomendadas
- Fuerzas militares en Venezuela confiscaron más de 300 máquinas de minería de Bitcoin
- Opinión: “Consideraciones sobre el auge del decomiso de equipos de minería digital en Venezuela”
Artículo de Andrés Martínez / DiarioBitcoin
Imagen principal de Steve Rainwater en Wikimedia bajo licencia CC
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