Las dApps (aplicaciones descentralizadas) basadas en tecnología Blockchain son mucho mejores, ya que garantizan que su información está encriptada.
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Si ha estado en las redes sociales durante los últimos días, seguro vio algunas fotos divertidas de personas que se preguntaban cómo se verían si fueran viejas con la ayuda de FaceApp, la famosa aplicación móvil equipada con inteligencia artificial (AI) que le permite hacer cosas divertidas para sus fotografías. Bueno, todo fue parte del desafío #faceappchallenge que estaba en tendencia.
Diversión inofensiva, o eso creíamos hasta que comenzaron a extenderse algunas historias incómodas sobre la privacidad de las personas y las posibles violaciones de seguridad. En DiarioBitcoin hablaremos sobre la polémica suscitada con esta aplicación y qué solución proponemos para protegerle mejor, no regalar sus datos y encima ganar criptomonedas: las dApps.
Se gestaba la tormenta
Todo comenzó entre el viernes 12 y el sábado 13 de julio, cuando Google Trends comenzó a reflejar un aumento en las búsquedas globales del término “FaceApp” en Google. La aplicación llevaba meses sin que nadie le prestara mucha atención, actualizándose una o dos veces al mes sin que ocurriera nada en especial, hasta la noticia de la última actualización en una web secundaria de Android en Google Play. Nada del otro mundo.
Sin embargo, en los días sucesivos, comenzaron a aparecer galerías de fotos en algunas páginas: “mira estos futbolistas de viejos“, o “estas estrellas de Hollywood“. Celebridades como el grupo Jonas Brothers, el cantante Drake o el jugador de la NBA Dwayne Wade, mostraban el resultado de haber usado la app.
La búsqueda en Google ya permitía ver el inicio de la tempestad: El lunes 15 de julio, los mensajes eran más llamativos: “Mira qué divertida esta app, verás qué viejo estás“. Algunos contenidos ya “advertían” un lado oscuro: los desarrolladores estaban en San Petersburgo, Rusia. Sin embargo, la gente enloqueció prácticamente con la aplicación, era el boom de FaceApp.
La polémica
El mismo lunes, poco antes de las 11 de la noche, el programador Joshua Nozzi tuiteó enfadado sobre una aplicación que “robó fotos” de su móvil sin autorización: “Id con cuidado con FaceApp, la app de moda que te envejece la cara. Inmediatamente sube tus fotos sin preguntar, lo escojas o no“, escribió. Pronto, su tuit estaba por todas partes, desatando la tempestad mediática.
El miércoles 17, una mezcla de factores provocó el fenómeno viral perfecto. Al “origen ruso” de la aplicación y el tweet de Nozzi, se le unieron otras más relevantes: el Partido Demócrata estadounidense pedía que en sus campañas no se usara FaceApp y que si se había usado, se borraran las fotos; el senador Chuck Schumer pidió al FBI investigar a FaceApp y The New York Post ironizó: “Los rusos tienen ahora todas tus viejas fotos“.
Aunque Nozzi pidió perdón en su blog y acabó por borrar los tuits, todo este revuelo –y los que vendrán– indica que la preocupación y concienciación de los usuarios es cada vez mayor. No solo es importante la privacidad de cada cual, sino también la del complicado ejército de empresas e intereses gubernamentales que se nutren de los datos que acumulan y, sobre todo, combinan.
FaceApp se defendió diciendo que las funciones pueden emplearse sin que el usuario deba identificarse: “No tenemos acceso a ningún dato que pueda identificar a una persona“. Es un ejemplo de cómo el lenguaje de este ecosistema engaña más que ayudar. En su política de privacidad, FaceApp dice en cambio que cuando se usa la aplicación, podemos “acceder, recoger, monitorizar, almacenar en el dispositivo o remotamente uno o más identificadores de dispositivo“.
El riesgo
Cada aplicación que instalamos en el móvil es una posible vulnerabilidad nueva. FaceApp fue una falsa alarma, pero no ha sido la primera. Fue como abrir una ventana a un panorama sucio donde la privacidad de los usuarios es la última prioridad.
El segundo párrafo de la sección 5 de los términos y condiciones dice:
Usted le otorga a FaceApp una licencia perpetua, irrevocable, no exclusiva, sin royalties, en todo el mundo, totalmente pagada y con transferible a sublicencia para usar, reproducir, modificar, adaptar, publicar, traducir, crear trabajos derivados, distribuir, realizar públicamente y mostrar el contenido del usuario y cualquier nombre, nombre de usuario o imagen proporcionada en relación con el contenido del usuario en todos los formatos y canales de medios conocidos o desarrollados posteriormente, sin compensación para usted. Cuando publica o comparte contenido de usuario en nuestros servicios, o de otro modo, comprende que su contenido de usuario y cualquier información asociada (como su [nombre de usuario], ubicación o foto de perfil) serán visibles al público.
Le traducimos: si alguna vez Ud. usó el FaceApp, le ha dado a ellos la libertad absoluta de hacer lo que más les plazca con su imagen; lo que incluye la reproducción y venta; y usted no tiene derecho a ningún producto o ganancia que acumule al usar su información.
Buenas noticias
¿Podía ser posible que una app repentinamente se convirtiera en el foco del peligro mundial en Internet? Por poder, podía ser. Esa es la lección: la desconfianza de los usuarios ante empresas que ofrecen servicios en Internet es ahora mayor que hace unos años.
“Podrán hacerse miles de artículos en prensa. Uno por cada app si se lo proponen. Pero el reto es entender el panorama, las interconexiones y dinámicas entre apps y la industria de los datos. El resto son anécdotas y casos aislados de un problema mayor“, dice Narseo Vallina, profesor de Imdea Networks (Leganés, Madrid) y miembro del proyecto AppCensus.
Al menos ahora los usuarios son más conscientes de que las decisiones que tomen con un móvil son el mayor riesgo de seguridad al que se enfrentan. Es una buena lección que da lo ocurrido con FaceApp.
dApps al rescate
Lo sucedido con FaceApp viene a ser un llamado de atención para la sociedad y es el motivo por el que consideramos que las dApps (aplicaciones descentralizadas), basadas en tecnología Blockchain son mucho mejores, ya que garantiza que su información está encriptada y que su clave privada será la única ruta para acceder a esta información.
Ud. puede encontrar muchas de estas dApps en Stateofthedapps y en muchas otras estaciones de aplicaciones afiliadas a Blockchains que ofrecen el mismo servicio sin robar su información. Un ejemplo es Super Rare en la Blockchain de Ethereum donde crea, vende y colecciona arte digital raro o Steepshot, una plataforma alojada en la Blockchain de Steem, Steemit, que lo recompensa por compartir su estilo de vida y experiencia visual.
En realidad hay muchas plataformas similares donde puede ganar criptomoneda al compartir sus fotos y divertirse mientras lo hace. Algunas otras tiendas de dApps son: Stateofthedapps, App Co, Spheris yDAO Play Market.
Fuentes: CNN, El País, Publish0x.
Versión de Arnaldo Ochoa/ DiarioBitcoin.
Imagen de FaceApp
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