Por Angel Di Matteo   @shadowargel

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El Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (NYDFS) dio a conocer la versión final de su tan esperado su marco normativo para las empresas de la moneda digital el día de hoy.

La versión final de la BitLicense llevó casi 2 años de investigación de un grupo de hechos y una serie de candentes debates. La NYDFS comenzó la elaboración de las normas después de determinar que la tecnología no debe ser regulada por la ley estatal existente.

El proyecto de ley no se convertirá en ley hasta que sea publicado en el registro del Estado de New York.

Aprobación de la Agencia

En declaraciones emitidas por la NYDFS, el superintendente del organismo, Benjamin Lawsky, aclaró que el reglamento definitivo establece que las empresas ya no necesitarán la aprobación de la agencia por cada actualización de software que deseen realizar o por cada ronda de financiación en la que deseen participar.

Entre otros cambios se incluye el hecho de que las empresas ahora pueden satisfacer los requisitos expuestos por la BitLicense y por las licencias de los organismos relacionados con los controles para la transmisión de dinero al mismo tiempo con la presentación de una misma solicitud.

En general, Lawsky mirando en la dirección adecuada cuando manifestó su optimismo en relación con la tecnología de la moneda digital, reiterando declaraciones anteriores en las que sugería que Bitcoin y otras tecnologías como Blockchain, podrían provocar el cambio necesario en el sector financiero:

“Estamos muy entusiasmados con el potencial de la moneda digital, y como este se mantiene para ayudar a impulsar cambios en nuestro sistema de pagos actual. Simplemente queremos asegurarnos de que ponemos las reglas y controles que permitan proteger a los consumidores y erradicar las actividades ilícitas, sin sofocar la innovación que esta tecnología brinda al mercado”.

Cambios limitados

Según indicó Lawsky en su discurso, el aspecto central en las modificaciones realizadas en la versión final de la BitLicense se pueden apreciar como tal en la sección 200.10. Esta sección tiene por objeto aclarar cuándo es necesario que las empresas que trabajen con la moneda digital requieran la aprobación de la NYDFS para llevar a cabo ciertas acciones o cambios.

En la última versión, se define un “cambio” como algo “propuesto a un producto, servicio o actividad existente, siempre que estos transformen el mismo en algo materialmente diferente a lo originalmente descrito dentro de la concesión de la licencia”.

Esto incluye los casos en los que se presenten cuestiones legales o reglamentarias, como resultado de una actualización o si la misma plantea problemas de seguridad.

Lawsky dijo:

“No tenemos ningún interés en la microgestión a las actualizaciones de aplicaciones de menor importancia. No estamos interesados en un mercado como el de Apple”.

La naturaleza dispersa de los cambios marca un cambio significativo desde la última revisión a la ley. La BitLicense revisada incluye nuevas exenciones para los proveedores de software, requisitos mejorados para la supervisión y definiciones mucho mejor especificadas en comparación a la propuesta previa.

Volviendo atrás en el tiempo

En otros lugares Lawsky aprovecha para advertir a los reguladores que la BitLicense no consiste en algo represivo, no tiene como mira “hacer retroceder el reloj” para las nuevas tecnologías.

“El intento de forzar nuevas tecnologías y modelos de negocio en regulaciones mucho más restrictivas existentes actualmente, no puede ser considerado un enfoque sensato. Necesitamos ser más creativos como reguladores, y brindar posibilidades a la par de desarrollar mecanismos de protección, incluso si esto nos lleva fuera de nuestra zona de confort”, expuso Lawsky.

La versión final se produce en medio de un momento de creciente discusión sobre cómo las monedas digitales deberían establecerse a nivel estatal en los EE.UU. en ausencia de leyes federales.

Las primeras entradas

Aunque Lawsky fue positivo en sus declaraciones sobre la tecnología, su discurso también apuntó a la comunidad tecnológica y su obligación como un ente regulador.

Los tecnólogos también tienen responsabilidades que cumplir. No pueden simplemente ignorar las reglas que no les gustan y tratar de crear “hechos sobre la marcha”… en términos generales, existen normas de protección a los consumidores por una buena razón”.

Los tecnólogos tienen derecho a ejercer presión sobre los entes reguladores siempre que existan leyes que en realidad estén equivocadas, añadió, pero esto no debería surgir como una serie de iniciativas destinadas a erosionar estas leyes que lo único que buscan es limitar el daño que la negligencia pudiese generar.

Este equilibrio fue puesto de manifiesto en las declaraciones de Lawsky, cuando alegó que la ley busca actuar prioritariamente sobre los “intermediarios financieros” y no sobre los proveedores de software.

“Hay un acuerdo básico cuando una empresa financiera se encarga de salvaguardar los recursos de clientes y recibe una licencia del estado para hacerlo, y este consiste en que se acepta la necesidad de un escrutinio regulatorio mayor para ayudar a garantizar que el dinero de los consumidores no sufra ningún tipo de pérdida”, añadió.

Aún así, Lawsky subrayó que este debate se encuentra todavía en sus “primeras entradas”, prediciendo que una “colisión” entre los reguladores y la tecnología financiera sólo estaba empezando. Y concluyó:

“Ambas partes – reguladores y tecnólogos – podrían beneficiarse del tomarse un momento y tratar de ponerse en los zapatos de su contraparte en la mesa de negociación”.

Fuente: CoinDesk

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